Reinó durante 8 años en España, gracias a su hermano Napoleón. Como a los españoles no les gustó nada y le llamaban "El Rey Intruso", entre otros apodos.
También le llamaban "Pepe Botella" pero no solía beber alcohol y nunca se le vio borracho. Quitó el impuesto sobre el alcohol y amplió el horario de su venta, lo que hizo surgir el rumor de que era un borracho empedernido.
Era un apasionado de la cultura y el arte, y quiso que Madrid tuviera un gran museo de pinturas españolas, con las colecciones reales y de particulares. No pudo hacerlo durante su reinado, pero a los madrileños les gustó la idea.
Tiró conventos e iglesias para hacer plazas (de ahí "El Rey Plazuelas"). Las más importantes fueron: la plaza de Oriente, la plaza de San Miguel, la plaza de Santa Ana o la plaza de los Mostenses.
Mando ampliar el Jardín Botánico de Madrid, para mejorar el estudio de las plantas naturales.
Para mejorar la salubridad e higiene de Madrid, prohibió los enterramientos en la ciudad y trasladó los cementerios parroquiales a las afueras y construyó dos grandes cementerios: el norte (1809) y el sur (1810).
Dividió España en 38 prefecturas siendo el precedente de las actuales provincias.
Mandó restaurar la Alhambra de Granada y financió una excavación en las ruinas romanas de Itálica (Sevilla), para conservar el patrimonio arqueológico español.
Era bastante mujeriego y aficionado a las fiestas.
Se exilio a Estados Unidos y construyó una mansión muy lujosa en Bordentown (New Jersey) con la venta de las joyas de la corona española, y vivió allí con una amante estadounidense mientras su mujer cuidaba de sus hijas en Europa.