CARLOS I "El Emperador"

Vino al mundo en una letrina, donde su madre le dio a luz, durante una fiesta.

A los 15 años, en cuando pisó territorio español por primera vez, él y su séquito fueron insultados, apedreados y perseguidos hasta su huida, por los aldeanos de Tazones (Asturias). Todo fue un malentendido, ya que los aldeanos reaccionaron ante el miedo a personajes desconocidos que llegaron en imponentes barcos, y no sabían que era su rey.

Propuso la construcción de un canal en Panamá para comunicar ambos océanos, y se llevó a cabo 380 años después.

Tuvo gran cantidad de hijos ilegítimos e innumerables amantes, ya que era adicto al sexo.

Dejó embarazada de una niña, a su abuelastra, la viuda Germana de Foix (segunda esposa de su abuelo, Fernando el Católico).

Se casó con su prima Isabel de Portugal, 2 horas después de conocerla. Fueron muy felices y le fue fiel hasta su muerte, tras la cual, cayó en una fuerte depresión.

Era un apasionado de la comida y la bebida, y eso le hizo envejecer rápido y enfermar.

Otra de sus pasiones eran los relojes, hasta tal punto, que tras sus exigencias, uno de sus mayordomos, le dijo:
"Majestad, no sé ya como puedo complacerle; como no sea haciéndole un plato de relojes"

Sufría ataques epilépticos, desmayos, estrés. Tomaba diversos brebajes y usaba amuletos para tratar la gota y otras enfermedades que padecía, como hemorroides, dificultades respiratorias, malaria, paludismo o amigdalitis.

Quiso estar presente (en vida) en su funeral y ordenó celebrar antes de su fallecimiento, el velatorio y la misa réquiem.